En este episodio, Ana enfrenta un gran reto: mantener su disciplina. Sin resultados inmediatos que la motiven, ¿cómo logrará convertir sus acciones diarias en una rutina automática?
En este capítulo aprenderás:
- La fórmula de la tentación: Combina lo que necesitas hacer con lo que disfrutas hacer
- Recompensas inmediatas: Utiliza incentivos tangibles para reforzar tus avances.
- Pruebas visuales de progreso: Lleva un registro que sea satisfactorio de ver y tocar.
- Gestión del aburrimiento: Adapta el nivel de desafío para mantener el interés y evitar la frustración.
Ejercicio práctico:
- Crea tu propia fórmula:
o Identifica un hábito que quieres reforzar.
o Combínalo con una actividad placentera. Por ejemplo: «Después de completar mi caminata diaria, me tomaré mi té favorito mientras leo un libro.». Sigue la formula: solo haré (LO QUE ME GUSTA HACER) cuando haga (LO QUE TENGO QUE HACER) - Diseña una recompensa inmediata:
o Si estás evitando un mal hábito, como compras innecesarias, crea un «bolsillo de recompensas» y transfiere el dinero que ahorres.
o Si estás construyendo un buen hábito, establece un incentivo sencillo. Por ejemplo: «Si completo mi rutina de ejercicios 5 días a la semana, me daré un masaje el fin de semana.» - Aplica la regla de los dos:
o Haz un seguimiento de tus hábitos durante una semana. Si rompes la cadena, asegúrate de retomarla al día siguiente sin falta. - Implementa una prueba visual:
o Utiliza un calendario y marca los días en los que cumplas tu hábito.
o Crea un frasco o alcancía para llenarlo con objetos (bolas, monedas, etc.) cada vez que completes una tarea. - Mantén la motivación durante el aburrimiento:
o Evalúa tu hábito y aumenta el nivel de dificultad de forma gradual. Por ejemplo, si corres 3 km, intenta subir a 3.5 km la próxima semana.
o Integra una variante que haga tu hábito más desafiante o emocionante sin volverse frustrante.
Aclaración: Este video está inspirado en el libro Hábitos Atómicos de James Clear, un manual indispensable para transformar la motivación inicial en una disciplina sólida. ¡Recuerda que la repetición y las pequeñas victorias diarias son la clave del cambio duradero!
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